Extracto de la novela «Aftermath: Empire’s End»

Gracias al sitio iO9 podemos ofreceros una extracto de lo que será la tercera y última parte de la trilogía conocida en España como «Consecuencias», «Aftermath: Empire’s End».

En este avance, volvemos a encontrarnos con Lando Calrissian, el cual ha recuperado el control de la Ciudad de las Nubes:

«Lobot, estamos en casa.» Lando levanta dudosamente una ceja mientras mira a su alrededor, exasperado. «Creo que el Imperio no era muy bueno limpiando.»

Este es el nivel del Casino. Las máquinas de juego están en linea sobre el piso azul de alactita, hasta donde la vista alcanza a ver. Hay mesas de Sabacc también. Y de pazaak. Y ruedas de la fortuna. Sobre la pared hay baterías de holoproyectores que deberían mostrar los resultados de las últimas carreras de swoops en los tubos de rastreo colocados a través de la Zona Roja de la atmósfera tóxica de Bespin. Hubo un tiempo en la que ésto era un brillante pilar de excesos de apuestas: con clase, iluminado por la luz que entraba por las ventanas, mirando hacia las nubes besadas por el sol. Ahora, es una ruina. Montones de escombro y basura. Las máquinas volcadas, con sus créditos robados como si fueran entrañas de una bestia caída. Las ventanas han sido cubiertas con metal. Los holoproyectores están apagados. Lobot se coloca de pie junto a Lando. La computadora que forma una media luna detrás de su cabeza calva parpadea y pulsa, y en el comunicador de la muñeca de Lando, un mensaje de su amigo y compañero:

Me encargaré de contratar personal inmediatamente.
«Hazlo,» dice Lando. Y entonces levanta un dedo. «Ah. Pero asegúrate de contratar refugiados, ¿vale?» La galaxia es como una copa que ha sido tirada, y todo su contenido se ha derramado. Planetas enteros han sido desplazados por la guerra. Lando no puede evitar que la Ciudad de las Nubes pase de ser una ciudad de lujos a una ciudad llena de tiendas de campaña de refugiados y evacuados, pero al menos puede darle trabajo a esa gente. Ese es su tipo favorito de negocio: aquel donde todos salen recompensados por su esfuerzo. Ellos ganan. Él gana. Es como todo debería de funcionar.

La Ciudad de las Nubes siempre fue eso para Calrissian. Era un respiro, un refugio del Imperio que al mismo tiempo no existía para fastidiar al Imperio. Pensó, «Oye, todos pueden ser felices, cariño.» El Imperio no tenía porque preocuparse. Los rebeldes no tenían por que preocuparse. La Ciudad de las Nubes podía flotar en el aire sobre Bespin, separada del caos, de todo el conflicto. Ven, experimenta el lujo. Mientras, él podía extraer el gas Tibanna, venderlo a cualquier fabricante de naves que lo quisiera (el gas era perfecto para hacer hiperimpulsores, porque con Tibanna, un poco era suficiente para llegar lejos). Mientras tanto, Lando podía sentarse tranquilamente, tomar un trago, tirar los dados, encontrar una dama o tres.

Claro. No salió como pensaba.

Ahora lo sabe: en una guerra como esta, no puedes quedarte en el medio. No puedes jugar en ambos lados. Había tratado toda su vida de darle al medio, sin unirse nunca a una causa excepto aquella que llenara sus vacíos bolsillos. Esos días habían terminado, así como el amor a la dulce neutralidad. Cuando Vader llegó, todo cambió. Perdió a Han, por un tiempo. Perdió a Lobot y a la Ciudad de las Nubes. Había perdido casi todo.

Pero ganó un poco de perspectiva.

Y escogió un maldito lado. Porque a veces, si quieres ganar, debes apostar a lo grande. Debes poner todos tus créditos a una.

Y tuvo éxito. El Imperio se ha ido. Ahora es un héroe de la Rebelión (y puedes estar seguro que lo ha utilizado para obtener cualquier cantidad de tragos gratuitos, por no decir la admiración de bellas admiradoras). Pero todo lo que quiere es tener de vuelta su ciudad. Después de Endor, pensó que sería fácil llegar como un bello rey que retoma su trono en el cielo, pero entonces ese hijo de un gusano, el Gobernador Adelhard formó el Bloqueo de Hierro. Mantuvo atrapada a la gente no solo con un remanente Imperial bien organizado, sino con una gran mentira: que Palpatine no había muerto. Y Lando sabe bien que ese cenobita arrugado está muerto porque él fue quien destruyó el reactor de la Estrella de la Muerte. Y porque Luke dijo que ese monstruo había muerto. ¿Puedes creerlo? Palpatine y Vader. Ambos muertos. Dos plagas, erradicadas de la galaxia.

De repente tenía una segunda guerra que pelear. Pensaba que el Imperio estaba terminado y que la Ciudad de las Nubes era suya de nuevo. Vaya tonto tan ansioso. Nada es tan simple, ¿verdad? Le tomó meses. Tuvo que organizar una sublevación. Tuvo que conspirar con Lobot de incógnito. Tuvo que pedir los favores que había ganado con un grupo de canallas, como Kars Tal-Korla, ese pirata. Todo por que la Nueva República no se atrevía a enviar el ejército a retomar la ciudad. Respetó la decisión, la entendió, y Leia se lo explicó lo mejor que pudo cuando dijo, «La Rebelión fue fácil, Lando. Gobernar es más difícil.» La canciller estaba tratando de conservar cualquier ventaja ganada, y entonces con el ataque del Día de la Liberación en Chandrila…

Bueno, eso ya pasó. No hay necesidad de vivir en el pasado.

La Ciudad de las Nubes es suya otra vez. Lando privó de comida a Adelhard. La mayoría de los imperiales se rindieron. Ha terminado. Gracias a las estrellas de la suerte.

Camina hacia el interior del nivel del Casino, y junto a Lobot, ya no están solos. Tiene un grupo de combate consigo: algunos miembros de sus fuerzas de seguridad de la Guardia Alada, también soldados de la Nueva República. Son suficientes para limpiar a todos quienes se hayan quedado detrás, pensando que aún podían ganar ésta pelea.

Juntos marchan a través del desastre del nivel del Casino. Le pregunta a Lobot, «¿Están atrincherados allá adelante?»

Si. En el salón Bolo Tanga.

«Bien, bien, acabemos con esto y desalojemos a nuestros últimos inquilinos.»

Mientras caminan, Lobot lo mira mientras un nuevo mensaje parpadea en su muñeca: Me han indicado que la princesa pronto dará a luz y aún no le has conseguido el pertinente regalo para el bebé.

«¿Qué? Eso es imposible. Apenas se acaban… juraría que apenas se acaban de casar. ¿No acabo de darles un regalo de bodas?»

Ha pasado el tiempo biológico adecuado. No te has percatado cuanto tiempo ha pasado. Hemos estado ocupados.

«Parece que ellos también.»

Además, nunca les mandaste un regalo de bodas.

Él suspira. «Está bien, está bien. Comprar regalos para niños. ¿No podemos regalarle una linda capita y un bigote para que se parezca al Tío Lando?»

Lobot no responde, mirándolo sin pizca de humor.

«Está bien, está bien. Lo pensaré.» Su mente se desplaza brevemente hacia Han y Leia. Han, uno de sus amigos más antiguos y queridos. Y por supuesto, también uno de sus más grandes rivales. Extraña a ese viejo réprobo. ¡Los momentos alocados que han tenido!

Fueron buenos tiempos aunque hayan sido malos. Y ahora, Han está con Leia. Oh, vaya. Esos dos son como un par de cohetes a toda mecha. Lando solo desea que ambos motores apunten en la misma dirección, porque si alguna vez llegan a apuntarse entre ellos, se quemarán.

Hemos llegado.

Ese mensaje, es de Lobot. Adelante les espera la puerta que conduce al salón Bolo Tanga. Lando puede ver que ha sido sellado con aleación magnética. Se gira en dirección al Capitán Gladstone de la Guardia Alada. «¿Tenemos imagen?»

Gladstone asiente con la cabeza. «Están atrincherados ahí dentro. Han traspasado hacia el eje de salida del haz, lo que en teoría los podría llevar al subnivel de ingerniería…»

«Pero los gases que suben por la ventilación los matarían, si lo intentan.»

«Exactamente, Barón Administrador.»

«Entonces están atrapados.»

«Como insectos en una bolsa de escarabajos.»

«Está bien, abramos la bolsa.»


A diferencia que en Leyendas, en donde Lando Calrissian continuaba durante un tiempo más como General de la Nueva República y que más adelante establecería un nuevo negocio minero en la Ciudad Nómada en Nkllon, aquí sabemos que retornará a su preciada Bespin para recuperar la Ciudad de las Nubes, que como contó el juego para móviles «Star Wars Uprising», y que bien se hace mención aquí, tras la Batalla de Endor, fue bloqueda por un remanente del Imperio a las órdenes del Gobernador Adelhard junto a los demás sistemas del Sector Anoat (Hoth, Anoat, Varonat, Ison).
Se agradece que hagan estas conexiones y que lo que se contó en un juego para móviles se tenga en consideración para el resto del Universo Expandido.

«Aftermath: Empire’s End» se publicará el 21 de Febrero en Estados Unidos. En España tardará unos cuantos meses pero nos llegará este año seguro, sino es en Julio, para Septiembre u Octubre seguro que la tenemos.
Fuente: io9 | Vía: Jedi-Bibliothek

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