¿PERO QUIÉN PONE LOS NOMBRES A TODO EN STAR WARS?

Uno de los rasgos característicos
del universo Star Wars desde sus mismos orígenes es el incluir  un elenco variopinto de nombres de
personajes, planetas, criaturas, vehículos… Quizás no todos los aficionados
le dedican la misma atención y, realmente, no es necesario prestarle ninguna
para disfrutar de Star Wars, aunque con frecuencia resulta curioso saber algo
más sobre este tema.
En este artículo y en otros posteriores iré deteniéndome
en algunos nombres de la galaxia siempre que encierren alguna historia,
anécdota o curiosidad que contar.
            Desde el
punto de vista de la lingüística, la galaxia de George Lucas está planteada
desde un simplismo que no sorprende a nadie puesto que va en la línea de la
manera de representar también la climatología de los planetas, la variedad de
la fauna o la recurrente representación de ciertas especies como vinculadas a
una profesión. La galaxia de George Lucas, especialmente lo conocido hasta
1983, es la extrapolación de los climas, las gentes, y los conflictos de un territorio,
o de un pequeño mundo llevado a escala galáctica. Seguramente parte del
encanto, como tantas veces se ha dicho, es llevar las historias que ya se habían contado antes a un terreno mucho más grandioso y visual.
¿6 millones de formas de comunicación?
Qué casualidad. En nuestro planeta hay unas 6.000 lenguas.
Extrapolando extrapolando…
            Un ejemplo lingüístico sencillo de este «problema» de escala es el tema de los acentos y la entonación al
hablar. Todos sabemos que diferentes regiones dentro de un país tienen
diferentes acentos e incluso algunas palabras o expresiones propias. ¿Qué
variedad habrá a nivel Sistema y no digamos ya Galaxia?  ¿Cómo debería sonar el Básico Galáctico
Estandar (ese concepto tan práctico para la historia pero irreal en su
concepto) en la boca de Han, Leia y Luke que son de procedencia y educación tan
diferente? La respuesta es clara: ¿A quién le importa? Su rol en la historia
queda más que cubierto con que hablen “galáctico-americano”. Pero eso sí, para un
personaje venerable o estirado píllate un británico… o dos, que el público entienda los referentes también de oído.
             Si
diferentes provincias de China no se entienden entre sí hablando “el mismo
idioma”, en nuestra querida trilogía las confusiones y malentendidos estarían a
la orden del día lo cual, visto de otro modo, sería una fuente inagotable de
tonterías que quizás agradarían a los mismos aficionados a los que no molesta
Jar Jar Binks y su dificultad (tristemente de las más verosímiles) para hablar
Galáctico Estándar.
«-¡Dijiste que pasara por en medio! -¡Dije que NO pasaras por en medio … bicho del planeta Austria! -¡¡¡Preferiría besar a un wookie!!! -¡Eso puede arreglarse, hablaré con Chewie!
             No querría
dejar de mencionar, aunque sea de pasada, ese entrañable lazo de hermandad
entre Han Solo y Chewbacca que hace que Han (como aparentemente otros héroes
más adelante) entienda wookie sin esfuerzo. Estoy seguro de que es un recurso muy útil para que le quede claro al público el vínculo entre los personajes… y debemos suponer que lo ha aprendido sobre la marcha… por ensayo error… Pero por su lado, Chewie hablar Galáctico nada de nada, ¿verdad? Pues creedme, en la vida real sería un proceso frustrante y agotador, ni deuda de vida ni nada.   
«Habla chucho que yo te escucho»
       Luego,
desde el punto de vista de la creación de una obra de ficción, la procedencia
de los nombres propios hace gala de una variedad de métodos creativos extrema.
La gran diversidad se agradece y cuadra con las diferentes historias de cada
mundo pero, como decía, poniéndonos en el lugar de los guionistas y creativos
se percibe mucho cuidado a la hora de elegir algunos términos, un cierto
ingenio para otros, y bastantes casos de “lo-primero-que-se-te-ocurra” o “¿Qué
nombre lleva el boceto? ¿Cara de Yak?, para el blister vale y ya veremos…» Un ejemplo curioso es el caso de Nien Nunb. ¿Sabéis qué…? Jugad un poco con las letras y… sí, era el boceto número nueve (numb nine)¨
¡Ah!, y si dices «Chegüaca» es que eres de Madrid
            Todos
utilizamos como nombre de referencia ciertos términos que quizás han prosperado
directamente desde las anotaciones al margen de la mesa de bocetos. Así,
seguramente, el Ala-X era la manera rápida de referirse a la nave entre los
diseñadores sin pensar en que no habría la misma correlación gráfica con el
alfabeto galáctico, el ‘aurabesh’.
Aura, Besh… ¡¿Equis?!
             Podemos
preguntarnos también en qué momento se incorporaron ciertos nombres a la
historia, como es el caso del planeta Tatooine, donde nunca pasa nada pero pasa
todo. En la misma Túnez, donde se rodaron las escenas de la granja Lars,
concretamente en la parte sur, existe una ciudad de origen Berebere de nombre
Tataouine, por lo que deducimos que el nombre del planeta no lo llevaba George
Lucas en la maleta de antemano. Querido Lucas, déjame que le eche imaginación:
Mustafar… Kamino… ¡Sé lo que hiciste el último verano! (y por lo visto te llovió
mucho en Santiago).
Tataouine by night
 Mención aparte merecen aquellos lugares bautizados con la
clara intención de hacer un guiño o de enriquecer el trasfondo. Si bien Hoth
parece una exquisita bromilla para un planeta que no está nada ‘Hot’ (aunque
‘Darth’ sí suele estar bastante ‘Dark’), aún mejor elegido me parece ‘Coruscant’
como nombre para un planeta-ciudad, ya que en latín, tal cual, ‘Coruscant’
significa ‘brillante’. Seguramente es el planeta con más bombillas, LEDs,
neones o lo que sea por kilómetro cuadrado (y cuidado con los acoplamientos de
energía).
            Que
aparezcan palabras puramente latinas (como Coruscant o Virago, cuyo significado
dejo que busquéis para que alucinéis un poco), así como la utilización de nombres
clásicos (Tarkin, Tarquin en inglés, y Tarquino en español. Personaje histórico
y último de los reyes romanos en los tiempos anteriores al Imperio… ¡¿Cómo!?) o
referencias a la fauna a priori más terrestre que ‘starwasera’ (como el
halcón), es una muestra más de la amalgama de referencias de la que se
alimentan los pequeños y muchas  veces irrelevantes
detalles de la saga. 
Es un tema que da para mucho. Si
habéis llegado a esta línea quizás seáis un poco de los míos. Si es así os
emplazo para una futura entrega. Un saludo desde Obroa-Skai.

10 Comments

  1. Excelente tu artículo hermano, se nota tu sapiencia en estas artes… aunque en los silencios de los podcast comentas algunas de estas cosas y yo estoy atento jejeje que no se me escape esa información, es muy curioso ver como hay cosas tan curradas y otras tan absurdas, las dos merecen mi antención.
    Para todos los demás cuando salga el podcast 6 que creo que esta medio a punto, en la sección Alas en posición hay una curiosidad de las que mas me ha gustado y que desconocia …. os invito a todos a estar muy atentos.
    Enorabuena por el artículo.

  2. Muy buen artículo. A mi me encantan los nombres de SW y por experiencia te digo que es complicadísimo inventárselos. Los homenajes en SW son una constante y en el tema de los nombres no podía ser menos. Espero ansioso próximos artículos relacionados con este tema

  3. Buen artículo. Me parece bastante interesante la manera de llegar al origen de cada nombre. Sobre todo en una época en la que cada detalle era estudiado. ¿De dónde viene el nombre de Luke? (Ironía)

  4. Jajaja. Gracias por los piropos. Jorge, es curioso que comentes el tema del nombre de Luke porque iba para el siguiente artículo. Ahora la duda que me queda por tu parentesis es si refieres a lo de estudiado o a que es muy obvio lo de Luke.
    Para los que sepáis lo de Luke puede que incluso puede daros una pequeña vuelta de tuerca.

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