A veces las galaxias más lejanas no están en el espacio, sino dentro de nosotros. Star Wars: Visions Volumen 3 nos devuelve a ese territorio donde el mito, el arte y la emoción se cruzan para recordarnos que Star Wars no solo se mira, sino que se siente.
El concepto de Visions no nació como una serie, sino como un libro de arte. Aquel volumen —llamado simplemente Star Wars: Visions— reunía interpretaciones libres de artistas de todo el mundo, que soñaban con su propia versión de la galaxia lejana. Era un homenaje a la imaginación, al poder del mito. De ese espíritu nacieron los cortos animados, aunque a veces, en esta tercera temporada, algunos parecen alejarse un poco de aquella idea original.
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Y aunque no soy precisamente un entendido en anime, he querido centrarme en cuatro episodios que, desde mi punto de vista, brillan con una fuerza muy especial. Cuatro historias que dialogan con lo ancestral, lo espiritual y lo profundamente humano.
Estos apuntes nacen de mis notas para el podcast que grabamos anoche en La Fosa del Rancor (¡te invito a escucharlo al final del artículo!), donde el entusiasmo nos llevó a explorar significados, símbolos y emociones hasta altas horas de la noche. Hoy los recojo aquí, con la esperanza de que encuentres en ellos la misma chispa que nosotros sentimos.
🥋 El Ronin: “La Venganza” y el Camino del Guerrero
El episodio “La Venganza” abre la temporada con un aura de leyenda.
Enseguida nos transporta a un Japón feudal imaginario, donde los ecos del cine de Akira Kurosawa resuenan con la misma solemnidad que un tambor de guerra.
Su estética —blanco y negro con destellos de color, ritmo pausado, y un duelo que se cocina en el silencio— recuerda a Yojimbo o Los Siete Samuráis, esas historias donde el héroe sin amo vaga por aldeas olvidadas, arrastrando su pasado como una sombra.

Este Ronin es más que un espadachín: es una alegoría del alma dividida.
Y en ese reflejo no puedo evitar pensar en Miyamoto Musashi (1584–1645), el samurái errante más célebre de la historia japonesa.
Nacido en plena era Sengoku, un tiempo de guerras y caos, Musashi vivió y respiró batalla desde niño. A los trece años ya había vencido su primer duelo mortal, y durante toda su vida se enfrentó a más de sesenta rivales sin conocer la derrota.
Pero su gran combate no fue contra los hombres, sino contra sí mismo.

En su obra El Libro de los Cinco Anillos, Musashi escribió:
“El verdadero combate ocurre dentro de ti.”
Y también:
“No hay nada fuera de ti que pueda darte la fuerza; todo está en tu interior.”
Ese eco filosófico vibra en cada segundo de La Venganza.
El Ronin de Visions es su heredero espiritual: errante, melancólico, marcado por el peso del pasado.
El sable rojo que empuña no es símbolo del mal, sino cicatriz y penitencia.
La técnica del ichigeki hissatsu, “matar de un solo golpe”, representa el instante de claridad interior: no la velocidad, sino la unión entre mente y cuerpo.
El corto se siente también cercano al espíritu de videojuegos como Ghost of Tsushima o Trek to Yomi, donde la katana no solo corta acero, sino dilemas morales.
La Venganza es una meditación sobre la culpa y la redención, sobre la frontera invisible entre el Jedi y el samurái.
Y es que la Fuerza y el Bushidō comparten un mismo pulso: ambos hablan del equilibrio, del sacrificio y del camino hacia la verdad interior.

🎴 ¿Está de moda ser un samurái?
Quizá sí, pero no por las razones superficiales. En una época saturada de ruido digital y gratificaciones instantáneas, el ideal del samurái —disciplina, honor, búsqueda interior— resuena como un eco necesario.
Ghost of Tsushima, Trek to Yomi o incluso Visions nos recuerdan que el “camino del guerrero” no es violencia, sino claridad: actuar con propósito en medio del caos.
Ser un samurái hoy no implica empuñar una espada, sino mantener la calma cuando todo arde a tu alrededor.
Tal vez por eso el ronin de La Venganza nos atrae tanto: porque todos, de algún modo, seguimos buscando nuestro propio maestro… o nuestro propio perdón.
🐻 “El Tesoro de Yuko” – Espíritu, naturaleza y la mirada de Ghibli
Si hay un episodio que destila la esencia de Studio Ghibli, ese es El Tesoro de Yuko.
Desde sus primeros segundos percibimos ese tono cálido, natural, profundamente miyazakiano, donde lo espiritual y lo cotidiano se entrelazan sin fronteras. Aquí, el sintoísmo —la religión originaria de Japón— se convierte en el alma del relato.

En el sintoísmo, todo ser vivo, todo río, piedra o árbol posee un kami, un espíritu divino.
Los extraños guardianes que protegen el bosque del episodio encarnan esa idea: no son monstruos, sino manifestaciones del alma de la naturaleza, reflejos de nuestras propias sombras y guías de nuestra transformación interior.
Billy, mitad tecnología, mitad espíritu, es una alegoría poderosa: protege si se le respeta, castiga si se le teme. Es un kami moderno, un guardián del equilibrio entre inocencia y poder.
Como en La princesa Mononoke o Mi vecino Totoro, la historia de Yuko nos recuerda que el equilibrio entre humanidad y naturaleza no se conquista con la fuerza, sino con la comprensión.
El Tesoro de Yuko es, en definitiva, un canto a la reconciliación espiritual, un recordatorio de que incluso en una galaxia muy lejana, la vida sigue siendo sagrada.

«Kami» significa «espíritu» o «dios» en japonés, y se refiere a todas las entidades espirituales veneradas en la religión sintoísta. Pueden ser dioses o espíritus.
Los kami pueden ser deidades con aspecto humano, como los de la antigua mitología griega o romana. Pero este término también se refiere a los espíritus de la naturaleza.
🕊️ “El Ave del Paraíso” – La semilla del renacer

El tercer episodio que quiero destacar es El Ave del Paraíso, una alegoría poética donde la planta que florece se convierte en metáfora del ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento.
Visualmente, es una joya. Su paleta de colores evoca la serenidad del amanecer y la esperanza de lo nuevo.
Esta historia tiene algo especial para mí: el ave del paraíso es también una planta muy conocida —típica de las Islas Canarias, como Angel de Jorge— que parece una flor convertida en pájaro. Su belleza exótica y su forma evocan esa unión entre tierra y cielo, entre lo vegetal y lo espiritual.
Y en el corto, esa conexión se siente viva: la naturaleza se vuelve un personaje más, un reflejo del alma de quien la contempla.

Las raíces, la flor y el vuelo del ave son símbolos del crecimiento interior, de ese poder que emana de la conexión entre todos los seres.
Podría leerse casi como una parábola de la Fuerza: la energía que fluye entre nosotros, nos rodea y nos une.
Una historia luminosa, de esas que te dejan el corazón en calma cuando la pantalla se apaga.
🚀 “El Contrabandista” – Una Nueva Esperanza
Y cierro este pequeño recorrido con El Contrabandista, quizá el corto más Star Wars de todos.
Aquí vuelvo a sentirme en casa.

Desde su primera secuencia, el episodio nos sitúa en un conflicto real: el asesinato de la familia Rel a manos del Imperio, una tragedia que marca el tono desde el principio.
La tensión aumenta con la aparición de un AT-ST entre las sombras del puerto, el sonido de sus pasos metálicos recordándonos el peso del yugo imperial.
Un rodiano advierte a los protagonistas de que los stormtroopers han sitiado el muelle, y ese simple diálogo basta para transportarnos al corazón de la saga: la opresión, la huida, la esperanza.
Todo huele a Star Wars.
La nave que necesita reparaciones, el contrabandista con deudas, los aliados que dudan pero se mantienen firmes, la chispa de la rebelión.
A diferencia de otros episodios —como el de los Cazarrecompensas, que me recuerda más a un boss final de Final Fantasy que a algo nacido en Tatooine—, El Contrabandista respira el espíritu de la trilogía original.

Es aventura, compañerismo y redención. Es la esencia de Una Nueva Esperanza envuelta en animación japonesa, pero con alma galáctica.
Y sí, incluso con esa señorita Rottermaier que nos hace sonreír, el corto nos devuelve a esa sensación pura de ser parte de algo más grande.
🌌 Conclusión: Cuando el arte y la Fuerza se cruzan
Visions Volumen 3 no es perfecto. Algunos episodios se alejan tanto del canon que parece que la Fuerza se les escapa entre los dedos. Pero otros —estos cuatro en especial— logran algo mágico: devuelven a Star Wars su dimensión espiritual, su reflejo más humano y trascendente.
Star Wars vuelve a ser lo que siempre fue: un mito en movimiento, contado por quienes aún creen que la luz puede nacer del silencio.
No necesitas entender de anime para sentirlos. Solo dejarte llevar, abrir la mente y escuchar a los espíritus que susurran entre luces y sombras.
Como decimos en La Fosa del Rancor…
¿Te atreves a ver Visions desde el lado salvaje de la Fuerza fosera?

🎧 Escucha nuestro podcast especial LFDR 11×13 – Visions Temporada 3, montado y editado en la noche de Halloween por Paco Villa, con la participación de Chema Mansilla, Ferran, Kico de CineyComics y la aparición estelar del artista Renato Roldán, quien ha trabajado nada menos que para Lucasfilm.
Yo me he centrado aquí en cuatro episodios que me han inspirado especialmente, pero en el podcast analizamos los nueve cortos al completo, con ese tono fosero característico que mezcla pasión, humor y devoción por nuestra saga galáctica favorita.
https://go.ivoox.com/rf/161670779
💬 Yo he elegido estos cuatro… ¿cuáles te han gustado a ti?
Déjamelo en comentarios… y que la Fuerza te acompañe, siempre.





Desde este Blog se han detectado transmisiones de Real Fans de Star Wars. Recuerda ser respetuoso y no escribir spoilers. Que la Fuerza te Acompañe.